Una queja matutina a las desgracias que nos traen objetos poco valorados por la sociedad
sombrilla,
Necesito cubrirme de la lluvia, pero nunca estás. Eres tan importante pero tan fácil de olvidar. En serio, ¿no puedes durar más de un día conmigo? ¿Tengo que cambiarte por una nueva cada vez que llueva?
Si no te olvido en la esquina de un restaurante, a la entrada de un banco o en la casa de un amigo entonces te desbaratas, o peor aún quedas con tus puntas hacia arriba como si buscaras atrapar la lluvia y no cubrirme de ella.
En verdad, ¿cuál es el punto? Parece que fueras como una débil y desechable servilleta.
No sé si es mejor comprarte por 10 mil pesos y cambiarte cada día de lluvia o comprarte por un millón a ver si intento no olvidarte en cada esquina.
Te amo y te odio a la vez ;)